Este procedimiento posibilita establecer los parámetros al momento de tomar decisiones acerca de la viabilidad de un proyecto.
Al adquirir conocimiento de las especificaciones técnicas relacionadas con las construcciones a utilizar, el IPMA puede llevar a cabo pruebas «in situ» de las bases de las estructuras mediante el método de hincado.
Esto, en conjunto con las investigaciones geotécnicas tradicionales, agrega niveles de seguridad considerablemente más altos. De esta manera, se evita que la profundidad de inserción y las características de los perfiles sean excesivas, evitando así un aumento innecesario de los gastos.
Además, el estudio preliminar de viabilidad del emplazamiento, junto con las pruebas «in situ», fomenta la optimización del proyecto.
A través de pruebas de penetración dinámica, excavaciones, sondeos, penetrómetros portátiles, pruebas de vane, geofísica y los correspondientes análisis de laboratorio de muestras obtenidas directamente del suelo en el que se lleva a cabo la actividad, se puede realizar una caracterización exhaustiva del emplazamiento.
Al mismo tiempo, también se puede analizar el potencial corrosivo del suelo en relación con las estructuras metálicas, garantizando así la selección adecuada de dichas estructuras para asegurar su durabilidad a lo largo del tiempo.